27 mayo (Sentido Común) - Tras la caída reciente de más de 6.5 por ciento del peso frente al dólar en mayo y luego de la publicación de la minuta de la última reunión de Banco de México, hace una semana, que abría la posibilidad a un aumento a la tasa de interés de referencia, incluso antes que la Reserva Federal estadounidense, algunos observadores comenzaron a ponderar si las autoridades monetarias y financieras locales podrían tomar medidas agresivas similares a las implementadas a mediados de febrero.
En ese entonces, el banco central mexicano subió la tasa de interés medio punto porcentual de manera inesperada y la Comisión de Cambios, la entidad encargada de vigilar la evolución del peso frente al dólar, suspendió sus ventas diarias de divisas para salir a vender de forma discrecional 2,000 millones de dólares.
Muchos así, ante la volatilidad reciente del peso, creían que podrían repetirse en breve medidas similares.
Esto, claro, hasta antes de que Agustín Carstens, el gobernador de Banco de México, dijera durante la conferencia de prensa que siguió a su presentación trimestral de la evolución de la inflación del país en el primer trimestre, que él y las otras autoridades monetarias descartaban que México atravesase por una situación similar a la de hace tres meses, como para ameritar medidas extraordinarias.
“Yo no creo que éste sea un fenómeno, (la caída de nuestra moneda), exclusivo de México”, dijo Carstens, en referencia a la depreciación del peso contra el dólar. En febrero, cuando se tomaron las medidas conjuntas con la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, “algunos de los movimientos erráticos que tuvo el tipo de cambio se debían a que algunos algoritmos y participantes del mercado estaban tratando de anticiparse a las decisiones del Banco de México, tomando ventaja de la intervención del banco en el mercado, lo cual ya no lo hemos visto en estas fechas”.
Así, frente a este comentario, quienes consideraban que las autoridades podrían tomar medidas excepcionales, han cambiado de parecer.
Banco de México “destacó que la reciente depreciación del peso se ha dado en condiciones ordenadas y no ha habido ataques especulativos”, escribió el banco BBVA Bancomer, en un reporte tras los comentarios del gobernador del banco central mexicano. “Una alza extraordinaria de tasas en México es menos probable”.
Los comentarios de los analistas sobre una posible alza a las tasas o una venta repentina de dólares se basaron en que la minuta de la última reunión dejó entrever que al menos la junta de gobierno del banco central discutió, como era normal que hiciera, esos tópicos.
Un miembro, no identificado por la minuta, dijo que veía “espacio suficiente para subir la tasa de interés de referencia sin afectar significativamente la actividad económica”.
Así, los analistas, en su intento por tratar de anticipar las medidas que toman las autoridades para proteger las inversiones de portafolio de sus empresas financieras, comenzaron a considerar la posibilidad de que se dieran por segunda vez medidas extraordinarias.
Ahora, sin embargo, es claro que a pesar de que el peso registra una caída contra el dólar, las condiciones de esa debilidad son distintas y no ameritan una intervención de las autoridades.
“Realmente no vemos una razón inminente para hacer una reunión extraordinaria. Sin duda hay volatilidad en el tipo de cambio y eso ha generado mucho nerviosismo entre analistas, sobre todo entre los que piensan que ganan puntos si predicen los movimientos del Banco de México”, dijo Carstens, en una entrevista radiofónica en la estación Radio Red, con el conductor Sergio Sarmiento.
El gobernador del banco central fue incluso enfático en decir que esta volatilidad cambiaria reciente no se parece en nada a la que se observó en febrero, cuando las autoridades monetarias decidieron disparar diversas medidas excepcionales, en coordinación con las autoridades financieras.
“Ciertamente nosotros no estamos viendo un ataque especulativo (contra el peso). . . dado lo que hemos visto al momento y como se percibe el plazo que falta por transcurrir para la próxima reunión, yo pienso que no sería necesario convocar reunión extraordinaria”, agregó Carstens en la entrevista radiofónica.
Así, entre ayer y hoy, el gobernador de Banco de México, también conocido como Banxico, ha desinflado --al menos por ahora-- las expectativas de un alza a las tasas de forma extraordinaria.
“Banxico no quiere intervenir. ¿Lo hará? Si es forzado a ello. Pero vale la pena señalar que si Banxico interviene en un rally global del dólar estadounidense, es muy probable que sea ineficaz”, escribió Gary Stein, vicepresidente del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, en un reporte a clientes.
“El tipo de cambio peso/dólar es muy líquido, de manera que para Banxico es mejor mantenerse muy vigilante de cómo y cuándo puede intervenir”.
“Yo creo que 19 (por dólar) es un nivel psicológico sobre el cual Banxico optaría por volverse más activo”, agregó Stein. “Creo que el mercado entero está demasiado agitado sobre el alza o intervención potencial y es posible que esa sea una táctica deliberada de Banxico para tratar de calmar al mercado con la esperanza que esta comunicación sea suficiente”.
Una opinión que compartió BBVA Bancomer.
“El gobernador dejó muy claro, en la sesión de preguntas y respuestas, que la depreciación del peso no estaba relacionada con la falta de liquidez en el mercado o con ataques especulativos”, dijo el mayor banco del país en su reporte.
“De hecho, hizo hincapié en la importancia de la política monetaria de Estados Unidos y señaló que espera los próximos movimientos de política monetaria se realizarán durante las reuniones programadas”, agregó BBVA Bancomer.
“En vista de la reciente comunicación, mantenemos nuestra expectativa de sincronización entre la política monetaria de México y los Estados Unidos”. (Redacción Sentido Común)